El Audi Sport Quattro S1 E2 fue, y será siempre la máxima expresión del grado de exigencia y brutalidad que llegó a suponer para los pilotos del mundial de Rallyes la era de los Grupo B. El motor tenía tanta potencia y par de torsión, que era casi imposible mantenerlo en línea recta, ya que su chasis no estaba lo suficientemente preparado. Inicialmente su motor producía 450 CV aunque se llegaron a superar los 600 CV.

El Audi Quattro S1 se introdujo a finales de 1984 como una evolución del Audi Quattro. Tenía el mismo motor de cinco cilindros en línea con 2.110 centímetros cúbicos que, en un primer momento entregaba, según cifras oficiales 450 CV. Sin embargo, el turbo de estas unidades utilizaba un sistema de recirculación de aire, con el objetivo de mantener girando la turbina a alta velocidad, con lo que se conseguían más de 500 CV.

Con la mecánica resuelta era necesario mantener el vehículo lo más pegado al suelo que fuera posible, por los que se instaló un completo kit de carrocería con un enorme alerón trasero; que aumentaban la carga aerodinámica. Con todo, el peso en vacío era de tan sólo 1.090 kg, lo que le permitía acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 3,1 segundos.

Casi 30 años después de la cancelación del Grupo B, el Sport Quattro S1 sigue siendo considerado por muchos como la máquina definitiva. Las últimas unidades que salieron de fábrica en la fatídica temporada de 1986, llegaron a rendir más de 600 hp.

El Audi Sport Quattro fue un vehículo desarrollado expresamente para la homologación del Grupo B y del que se produjeron un total de 224 unidades de serie para cumplir con la normativa que exigía un mínimo de 200 unidades en un periodo de 12 meses.

En 1985, con Röhrl al volante, el S1 logra gana en el difícil Rallye de San Remo, con tramos de asfalto y tierra, sacando seis minutos de ventaja a Timo Salonen, segundo clasificado. Después el equipo, en el Semperit Rally, prueba un cambio PDK de doble embrague y mando secuencial desarrollado por Porsche.

En 1986 el S1, sin el cambio PDK, participa en el Rally de Monte-Carlo. Muchos pinchazos les retrasan: Mikkola es tercero y Röhrl llega cuarto. Un mes después, en Portugal Joaquim Santos se sale al volante de su Ford RS 200, impactando contra la masa de espectadores, muriendo varios de ellos. A consecuencia de este accidente, Audi decide retirarse de los rallyes.

Además del Mundial de Rallyes, el S1 consiguió la victoria absoluta en la subida a Pikes Peak de la mano de Michèle Mouton. Este éxito se repitió en 1987 con Walter Röhrl, y nuevamente en 1989, gracias al americano Bobby Unser.

En el 2020, llegó a carreteras canarias esta unidad, la réplica creada por Raúl Carro con matrícula tinerfeña TF•0017•BY, el cuál salía a la luz debutando en la Subida a Palo Blanco (Tenerife), dejando a la afición tinerfeña entusiasmada de haber tenido la suerte de volver escuchar el rugir de un grupo B, en nuestras carreteras.

A pesar del duro 2020 que vivimos debido al parón provocado por la Covid-19, el tinerfeño Raúl Carro participó en pruebas como el Rallye Islas Canarias, llamando la atención de aficionados de todo el país, incluso de parte de Europa quienes se sorprendían del potencial de esta unidad Canaria. Ya en el 2021, última temporada en Canarias llegaría el mejor resultado de esta unidad, consiguiendo la tercera posición en el Rallye de Granadilla, llegando a luchar por el liderato de la prueba contra los vehículos más modernos.

Actualmente está unidad es propiedad de José Antonio Aznar, quien el mismo se desplazó a las islas el pasado año para participar en el Rallysprint de Atogo, y deleitar una última vez a los canarios enamorados de este vehículo.

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20.08.2021 - ©BeniCazorlaPhotography
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